Superamos conflictos
Superamos conflictos
Sergio Dubove Abogados es una firma legal especializada en la atención de conflictos familiares.
Su director, Sergio Dubove, obtuvo el Diploma de Honor de la Universidad de Buenos Aires. Se dedicó a la docencia universitaria, la función pública y la práctica profesional. Dicta conferencias y cursos y es autor de numerosos trabajos.
El equipo de trabajo está integrado por abogados y abogadas entrenados en la especialidad y cuenta además con el apoyo externo de psiquiatras, psicólogos y otros profesionales que nos asisten en sus áreas de incumbencia.
Tratamos con personas que sufren por la ruptura de un proyecto de vida que alguna vez creyeron indestructible. Por eso, creemos que las implicancias emocionales de las cuestiones que atendemos son tan importantes como las legales.
Desde esa mirada, es para nosotros más importante superar conflictos que ganar juicios y para conseguirlo, sin prescindir de los recursos tradicionales, nos valemos de estrategias personalizadas e innovadoras.
La instalación de las ideas feministas como un evangelio dogmático y totalizador termina quitándole valor a su contenido, del mismo modo que la guerrilla revolucionaria devaluó el ideal socialista.
Un fallo reciente del Juzgado de Familia 102 de la CABA autorizó, a pedido de ambos padres, el tránsito periódico de un menor entre la casa de uno y otro, con alternancia semanal y hasta que se reanude la actividad escolar.
La respuesta eficiente a las denuncias falsas es contraintuitiva, es decir, contraria a lo que la intuición indica como apropiado. En lugar de la dirección que proponen los instintos, hay que combatir la fuerza con estrategia y no con más fuerza. De lo contrario, se ingresa en una contienda muy asimétrica, ya que el adversario no es una persona: Es un sistema.
El principio que establece que los contratos se deben cumplir no implica que se deban cumplir a cualquier costo, menos aún en un entorno de disrupción que de un modo u otro atraviesa, inexorablemente, a toda la sociedad.
En cuanto a las denuncias falsas, constituyen un fenómeno que no ocupa aún el lugar de importancia que debería asignarle la conciencia colectiva de la sociedad. No sólo significa (como si fuera poco) el empleo fraudulento de dispositivos legales y recursos judiciales. Más grave que eso, constituye una interferencia feroz en las relaciones paterno filiales que ocasiona fracturas, casi siempre irremediables, en la psiquis de los niños.
Producto del error de suponer que alguien puede ganar un juicio de familia, quienes atraviesan un conflicto en ese terreno recurren a los tribunales en búsqueda de sentencias sanadoras. Creen que los jueces, del mismo modo en que imparten justicia, pueden distribuir equilibrio; que tal como embargan bienes pueden trabar medidas cautelares sobre afectos. Que pueden dictar una resolución que los absuelva de sufrir.
No pesarse para no saber cuánto engordó; no contar el fajo de billetes escondido en un cajón para evitar notarlo menos abultado; no acercase demasiado al espejo para que este no devuelva una imagen inaceptable, postergar los análisis para no enterarse de sus escandalosos niveles de colesterol. No consultar a psicólogos o abogados para evitar sentirse incorporada al penoso padrón de las víctimas de violencia de género.
En general el divorcio es percibido de manera plana, unidimensional y tosca: Estamos juntos, no nos llevamos bien, nos peleamos, nos separamos, estamos solos.
Ciertamente, el divorcio es un evento lamentable y provoca sentimientos de congoja que indican, dentro de ciertos límites, un adecuado funcionamiento del metabolismo emocional de las separaciones. Al sufrimiento primario, de naturaleza esencialmente afectiva, se le agrega con frecuencia la penosa necesidad de resolver cuestiones que se suponían consolidadas (la vivienda, la economía familiar, el vínculo con los hijos, etc.) y la de afrontar situaciones novedosas y también lamentables, como la litigiosidad y cierta reprobación social.
El derecho de la minoridad está construido sobre un estándar conocido como “Interés Superior del Niño”, principio que, más allá de las discusiones teóricas que suscita, impone la satisfacción de las necesidades de los niños en materia de educación, salud, vivienda, alimentación, etc. Por ello, la eficacia de las resoluciones judiciales derivadas de incumplimientos alimentarios requiere de herramientas potentes e invulnerables al talento acrobático de algunos deudores.
En Nantes, Francia, Serge Charney permaneció encaramado durante 4 días en una grúa a 40 metros de altura, reclamando que se le permita ver a su hijo de quien se encuentra separado desde hace dos años, después de que la madre lo acusara de violento. En los más importantes diarios de Europa se publicó una foto de Charnay enmarcada en un grafiti escrito sobre la grúa amarilla: “Sauver nos enfants de la justice” (Salven a nuestros niños de la justicia).
Mariló López Garrido entrevista a Sergio Dubove
Radio Continental
http://radiocut.fm/audiocut/la-voz-de-lanoche/
América Noticias
Entrevista a Sergio Dubove
www.vimeo.com/128909054
Padrectomía, la otra violencia familiar
www.lanacion.com.ar/1521324-padrectomia-la-otra-violencia-familiar
El abuso de las denuncias de abuso
Eduardo José Cárdenas
www.afamse.org.ar/articulo_cardenas_abuso.html
Daños y perjuicios derivados de la obstaculización Injustificada
del derecho de visita por parte del progenitor guardador
Graciela Medina
www.afamse.org.ar/files/Danios_y_perjuicios_derivados_de_la_obstaculizacion_injustificada.pdf
Denuncias falsas en casos de obstrucción de vínculo con los hijos
APADESHI
Asociación de padres alejados de sus hijos
www.apadeshi.com/denunciasfalsas.html
La esperanza es un concepto devaluado, algo empalagoso, casi cursi. No posee la estirpe literaria del amor ni se apoya sobre evidencias científicas como la depresión. Aun así: Démosle una oportunidad.